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El Movimiento Mariano de los Laicos

Laicos miembros del Movimiento Sacerdotal Mariano

El Movimiento Mariano está constituido por todos los religiosos no Sacerdotes y por los fieles que se empeñan en vivir una vida de Consagración al Corazón Inmaculado de María, en serena comunión con sus Sacerdotes y con sus obispos. Ellos no están unidos por ningún vínculo jurídico y pueden libremente actuar en las asociaciones eclesiales a las que pertenecen.

Como miembros del Movimiento Mariano, se empeñan en una experiencia de vida totalmente confiada a la Virgen, porque son ayudados por ella a permanecer fieles a la propia Consagración bautismal, a ser testigos de comunión y de unidad, en un esfuerzo constante de conversión, por medio de la oración y de la penitencia.

 

Vivir el Bautismo

En el acto de Consagración para todos los miembros del Movimiento Mariano, colocado al final del Libro, se lee: “con este acto de Consagración queremos vivir contigo y por medio de ti todos los compromisos asumidos con nuestra Consagración bautismal”.

Estas palabras ponen en evidencia como un fiel, que se consagra al Corazón Inmaculado, es ayudado por la Virgen sobre todo a vivir hoy los compromisos asumidos en el momento del bautismo. Es natural que en estos tiempos el cristiano, inmerso en un mundo tan secularizado, encuentre muy difícil vivir su Consagración bautismal.

El bautismo realiza una radical transformación: comunica la Gracia y la misma vida divina, configura a Jesucristo, del cual nos hace hermanos y que se debe revivir en  la propia vida. Ahora, a través de todos los medios de comunicación social, el cristiano viene fácilmente instrumentalizado e incluso manipulado por el mundo en que vive, y que muchas veces, casi sin darse cuenta, lo recibe y condivide los valores, que se oponen a aquellos enseñados por Cristo.

¡ Así hoy cuántos son los bautizados que, en la vida de cada día, llegan a traicionar la Consagración bautismal !

Como compromiso específico del Movimiento Mariano, la Virgen pide que los fieles se consagren a su Corazón Inmaculado; entonces, como Mamá, dulcemente los conduce a vivir su Bautismo, en la plena fidelidad a Jesús y a su Iglesia.

 

Testigos de comunión y de unidad

Todavía viene citado en el acto de Consagración para los fieles: “te prometemos estar unidos al Santo padre, a la Jerarquía y a nuestros Sacerdotes, para oponer así una barrera al proceso de oposición al magisterio, que amenaza los fundamentos mismos de la Iglesia”.

 

Es este un compromiso característico, que califica a todo fiel que pertenece al Movimiento y le lleva a ser en la Iglesia siempre un elemento de comunión, de pacificación y de unidad.

En este periodo de su purificación, la Iglesia vive momentos de gran sufrimiento.

El MSM quieres sobre todo participar plenamente en todos los sufrimientos de la Iglesia, bebiendo junto con ella el cáliz de muchas amarguras.  Por esto no está nunca llamado actuar con la crítica, con el juicio, y mucho menos con la condena. Por eso no condivide, incluso abiertamente rechaza el método hoy seguido por muchos que públicamente, también a través de la prensa, critican de manera acerba y malvada a la Santa Madre Iglesia.

No se debe nunca echar vinagre sobre las llagas abiertas y sangrantes. La ayuda que el Movimiento quiere dar hoy a la Iglesia es el amor: un amor filial y misericordioso.

“Os haré amar mucho a la Iglesia. Hoy la Iglesia atraviesa momentos de gran sufrimiento, porque es amada cada vez menos por sus hijos. Muchos desean renovarla y purificarla sólo con la crítica, con ataques violentos a su institución. Nada se renueva y se purifica sin amor” (9 de noviembre 1975).

Compromiso específico del Movimiento Mariano es el de conducir a los fieles a ser hoy testigos de amor a la Iglesia.

Un amor que debe concretarse en una presencia fiel y apasionada, para compartir su dolor y llevar con ella su gran Cruz. Un amor sobre todo que lleva a ser, en toda circunstancia, elementos de cohesión y de unidad, para contribuir a curar a la Iglesia de tantas profundas y dolorosas heridas suyas.

 

Compromiso de conversión

Viene ahora afirmado, en la fórmula de Consagración para los laicos: “nos empeñamos a obrar en nosotros aquella interior conversión tan requerida por el Evangelio”.

 

La Virgen pide también a los fieles, que pertenecen al Movimiento, un compromiso cotidiano de conversión, sobre el camino de la oración y de la penitencia.

Por esto, como mamá atenta y preocupada, les ayuda a huir del pecado, a vivir en gracia de Dios, les invita a la confesión frecuente, a una intensa vida Eucarística, a observar siempre la Ley de Dios, con un particular empeño en vivir la virtud de la pureza especialmente por parte de los jóvenes y de los novios, y la castidad conyugal en el sacramento del matrimonio, según la doctrina de Cristo, recientemente reafirmada por el Magisterio de la Iglesia.

Y esto hoy es tan necesario, para reaccionar ante una desvergonzada impureza que viene difundida por todas partes, y  se quiere contribuir a hacer al mundo más limpio y más bello.

“Los fieles sean ejemplo de un austero modo de vivir con el rechazo de una moda cada vez más provocadora y obscena, con el oponerse de cualquier forma a la difusión de prensa y de espectáculos inmorales y esta continua propagación de fango que todo lo sumerge.

Sean ejemplo para todos por su pureza, por su sobriedad y por su modestia.

Huyan todos de aquellos lugares donde viene profanado el carácter sagrado de su persona. Formen alrededor de mis Sacerdotes,  mi gran ejército blanco” (1º de noviembre 1973).

Ya son decenas de millones los laicos que en todas partes del mundo se han adherido al Movimiento Mariano y muchas veces, precisamente por ellos, los Sacerdotes reciben buen ejemplo, ayuda concreta y precioso ánimo.

El Movimiento Mariano y los jóvenes

“!Gracias a Dios por el camino de las jornadas mundiales de la juventud¡. Gracias a Dios por tantos jóvenes que las han desarrollado a lo largo de estos 16 años! Son jóvenes que ahora, ya adultos, continúan viviendo en la fe allí donde residen y trabajan. Estoy seguro que también vosotros, queridos amigos, estaréis a la altura de cuántos os han precedido. Vosotros llevaréis el anuncio de Cristo en el nuevo milenio.

Volviendo a casa, no os disperséis. Confirmad y profundizad vuestra adhesión a la comunidad cristiana a la que pertenecéis. Desde Roma,  la ciudad de San Pedro y de San Pablo, el Papa os acompaña con afecto y, parafraseando una expresión de Santa Catalina de Siena, os dice: “si sois aquello que debéis ser, pondréis fuego en todo el mundo” (Juan Pablo II, XV jornada mundial de la juventud, Roma - Tor Vergata, 20/08/2000).

“En estos años difíciles y dolorosos Yo abro sobre todo a mis jóvenes el refugio de mi Corazón Inmaculado. Mi corazón de Mamá se hace así para vosotros vuestro seguro refugio.(…)

Mi Corazón Inmaculado es vuestro refugio, en el cual Yo os recojo  como en un nuevo Cenáculo espiritual, para obteneros el don del Espíritu Santo que os transforme en apóstoles de la segunda evangelización” (A los Sacerdotes hijos predilectos  de la santísima Virgen 11/06/1994).

 

En todos los países del mundo existen Cenáculos organizados para jóvenes por los mismos jóvenes.

Descarga la Consagración de los jóvenes al Corazón Inmaculado de María

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